Elegir a un Papa no siempre ha sido un proceso breve. Aunque los cónclaves actuales suelen durar pocos días, hubo un momento en la historia en que la elección de un nuevo pontífice se prolongó por casi tres años. Si te has preguntado cuál ha sido el cónclave más largo, la respuesta se remonta al siglo XIII.
El cónclave más extenso de la historia de la Iglesia Católica ocurrió entre 1268 y 1271, tras la muerte del Papa Clemente IV. La elección del sucesor fue tan compleja que se extendió por mil seis días (aproximadamente dos años y nueve meses). El proceso tuvo lugar en la ciudad de Viterbo, en el centro de Italia, y se vio marcado por divisiones políticas profundas entre los cardenales electores.
Las diferencias internas entre los bandos franceses e italianos impidieron que se alcanzara la mayoría de votos necesaria. Ante el estancamiento, las autoridades locales intervinieron para presionar a los cardenales: retiraron el techo del edificio, redujeron la comida y hasta bloquearon las salidas, medidas que dieron origen al término cónclave, del latín cum clave (“bajo llave”).
¿Quién fue elegido después del cónclave más largo de la historia?
Finalmente, en septiembre de 1271, los cardenales delegaron la decisión a un comité de seis miembros. Fue así como resultó elegido Teobaldo Visconti, un archidiácono que ni siquiera era cardenal. A su regreso de una misión en Tierra Santa, asumió el cargo como Papa Gregorio X.
Este episodio histórico marcó un antes y un después en los métodos de elección papal. A raíz de esta prolongada elección, se establecieron reformas que limitaron el tiempo y las condiciones del cónclave. Esto con el fin de evitar bloqueos prolongados y garantizar que la Iglesia no quedara sin guía espiritual durante tanto tiempo.
Desde entonces, aunque ha habido cónclaves tensos y prolongados, ninguno ha igualado la duración del de Viterbo, que hasta hoy permanece como el más largo de toda la historia eclesiástica.
