Mientras más de 8 millones de personas en México enfrentan un déficit habitacional (sin acceso a una vivienda adecuada o formal), tres de sus ciudades principales se han posicionado en el ranking de las urbes más caras para comprar una propiedad en América Latina. Así lo revela el estudio Relevamiento Inmobiliario de América Latina (RIAL), elaborado por la Universidad Di Tella e Inmuebles24, publicado en marzo de 2025.
Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara destacan en este listado, ocupando el segundo, tercer y quinto lugar, respectivamente, en la clasificación de ciudades con el metro cuadrado (m²) de vivienda más caro de la región:
- Montevideo, Uruguay: 3,330 dólares por m²
- Ciudad de México, México: 2,666 dólares por m²
- Monterrey, México: 2,592 dólares por m²
- Buenos Aires, Argentina: 2,586 dólares por m²
- Guadalajara, México: 2,369 dólares por m²
En contraste, ciudades como Quito (1,215 USD/m²), Rosario (1,614 USD/m²) y Córdoba (1,628 USD/m²) ofrecen precios notablemente más bajos, dejando ver la enorme disparidad regional en el acceso a la vivienda.
Crecen los precios, cae la accesibilidad en México
Pese a que el informe señala un aumento moderado de apenas 1% en dólares nominales entre septiembre de 2024 y marzo de 2025, los precios ajustados por inflación han caído 2.2% en moneda local real. Esta diferencia técnica, sin embargo, poco consuela a los millones que intentan adquirir una vivienda y enfrentan precios desconectados de sus ingresos.
A nivel regional, las mayores alzas porcentuales en el precio por metro cuadrado se registraron en:
- Córdoba: +6.5%
- Rosario: +4.3%
- Ciudad de Panamá: +2.5%
Por otro lado, las mayores caídas se observaron en:
- Montevideo: -3.6%
- Ciudad de México: -1.5%
- São Paulo: -1.1%
A pesar de la baja en CDMX, el precio sigue siendo de los más altos del continente, reflejando una realidad en la que el mercado inmobiliario no responde a la necesidad social, sino a la especulación y demanda en zonas urbanas de alto desarrollo.
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El sobrecosto que asfixia a los hogares en México
El precio es solo una parte del problema. El verdadero desafío radica en la relación entre los ingresos de las personas y el costo de una vivienda, ya sea en propiedad o en renta.
De acuerdo con datos de BBVA Research, en México uno de cada cinco hogares que paga hipoteca o renta dedica más del 30% de su ingreso a ese rubro, el umbral internacionalmente recomendado para no comprometer otras necesidades básicas como alimentación, salud o educación.
En la Ciudad de México, esta situación se agrava aún más: cuatro de cada diez hogares superan ese límite, haciendo malabares financieros para sostener un techo. Este dato no solo posiciona a la capital como un epicentro de alto costo de vida, sino como uno de los focos más críticos de la crisis habitacional en el país.
Una paradoja urbana sin resolver
Que tres ciudades mexicanas figuren entre las más caras de América Latina para adquirir vivienda no es un logro económico, sino un síntoma de un modelo urbano excluyente. En el fondo, refleja que las zonas con mayores oportunidades laborales, educativas y de salud (como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara) están vedadas para quienes no tienen ingresos por encima del promedio.
La paradoja es clara: mientras el país acumula un déficit de millones de viviendas, el desarrollo inmobiliario se concentra en segmentos de lujo o en zonas donde los precios están fuera del alcance de la mayoría.
Si no se implementan políticas públicas de vivienda social, financiamiento accesible y ordenamiento urbano incluyente, el sueño de tener un hogar propio seguirá alejándose para millones de familias mexicanas.