La inflación es uno de los conceptos económicos más importantes y, a la vez, uno de los que más afectan la vida diaria de las personas. En términos simples, la inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país durante un periodo determinado. Cuando la inflación sube, con el mismo ingreso se pueden comprar menos cosas.
En México, como en muchas economías, la inflación se mide a través del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este índice considera una “canasta básica” de productos que representan el consumo promedio de los hogares mexicanos, desde alimentos y transporte, hasta vivienda y servicios médicos.
¿Qué provoca la inflación?
Existen diversas causas que pueden generar inflación, entre las más comunes destacan:
- Inflación por demanda: cuando muchas personas quieren comprar más productos de los que hay disponibles, lo que eleva los precios.
- Inflación por costos: cuando suben los precios de materias primas, transporte o salarios, lo cual encarece la producción.
- Inflación estructural: cuando existen ineficiencias en el sistema productivo o problemas logísticos que afectan la oferta.
- Factores externos: como el encarecimiento del petróleo, crisis internacionales o devaluaciones del peso frente al dólar.
¿Cómo afecta la inflación a los mexicanos?
Además de saber qué es la inflación, considera que el principal impacto es la pérdida del poder adquisitivo: el dinero alcanza para menos. Cuando los precios suben más rápido que los salarios, las familias tienen que ajustar su consumo, priorizar necesidades básicas y, en muchos casos, recurrir al endeudamiento.
Además, la inflación puede:
- Afectar las tasas de interés, encareciendo los créditos.
- Reducir el ahorro, ya que el dinero pierde valor con el tiempo.
- Generar incertidumbre para inversionistas y empresas.
- Impactar el precio de la canasta básica y servicios esenciales.
En México, el Banco de México (Banxico) es el encargado de mantener la inflación bajo control. Su objetivo es que esta no supere el 3 % anual, con un margen de ±1 punto porcentual. Para lograrlo, utiliza herramientas como:
- El aumento o disminución de la tasa de interés.
- Intervenciones en el mercado cambiario.
- Emisión de política monetaria restrictiva o expansiva, según el contexto.
En los últimos años, factores como la pandemia, el conflicto en Ucrania y los cambios en los precios internacionales han provocado niveles de inflación por encima del objetivo.