Ubicado a menos de una hora de la capital del estado de Hidalgo, el pintoresco pueblo de Huasca de Ocampo se erige como un tesoro histórico y un paraíso natural que atrae a visitantes de todas partes en busca de experiencias únicas.

El primer Pueblo Mágico de México atesora entre sus calles empedradas y coloridas fachadas, siglos de historia y tradición. Su centro histórico resplandece por la arquitectura colonial y las leyendas que se encuentran en cada dirección, invitando a los visitantes a viajar al pasado.

El reconocido Bosque de Prismas Basálticos es una obra maestra de la naturaleza. En él, columnas hexagonales de basalto se alzan sobre las aguas del río Santa María Regla, y sobre los sombreros de sus frecuentes visitantes, que acuden a contemplar el espectáculo visual. 

No es necesario detenerse ahí. Para los amantes de las actividades al aire libre, Huasca de Ocampo es un paraíso. Senderismo, paseos a caballo y en cuatrimoto a través de paisajes montañosos, recorridos en lancha, tirolesa, las opciones son variadas y emocionantes.

En cuanto a la riqueza culinaria, es amplia, y no sólo por la presencia de criaderos de truchas y de cavas populares. Los guisos a base de hongos de la región, además de otros platillos, son fáciles de encontrar para complacer el deseo de los visitantes de saborear la autenticidad local. 

Huasca promete emoción, leyendas, historia y la oportunidad de entrar en contacto con la naturaleza en un holgado abanico de opciones. Este pueblo mágico te invita a explorar, descubrir y dejarse maravillar por la magia que encuentras en cada rincón.