Escondido entre las colinas de la sierra de Pachuca, Mineral del Chico es un tesoro natural y cultural en el estado de Hidalgo. El pueblo atrae a muchísimos visitantes por la belleza de sus paisajes, el valor de su gastronomía, pero principalmente por la aventura que promete. 

En esta región se practican desde hace décadas actividades deportivas y recreativas; actualmente es considerada -según la Sectur- la meca del turismo de naturaleza y aventura. Entre sus montañas, presas y valles se practica el ciclismo de montaña, la pesca deportiva, senderismo en varios niveles, campamentos, descenso a rappel, tirolesas y, especialmente, escalada en roca. En el Parque Nacional “El chico” existen más de 200 formaciones rocosas, muchas de ellas ideales para los interesados en el deporte. 

Como en los municipios vecinos, este Pueblo Mágico goza de múltiples miradores con una ubicación privilegiada para ofrecer paisajes increíbles. El mirador de la Peña del Cuervo, el Mirador de la Bufa, y la cima del Contadero, un laberinto de roca de varios metros de altura, son sólo tres ejemplos de los puntos desde donde se pueden admirar las hermosas panorámicas. 

La comida en Mineral de Chico es especial. Se distingue de las localidades circundantes por ofrecer barbacoa de borrego y jabalí, además de zacahuil –el tamal tradicional de la región huasteca, elaborado con una masa martajada, una mezcla de chiles y especias, y carne de puerco o pollo–. En fin, un festín de sabores que reflejan la autenticidad culinaria de la zona. 

Si disfrutas de la naturaleza, de las caminatas en el bosque, del clima templado y la neblina, “El Chico” es tu oasis. Un paréntesis de la ajetreada vida en las urbes que invita a la contemplación, a la calma y, claro, si estás de ánimos: a la aventura.