El sindicato de trabajadores del automóvil de Estados Unidos, United Auto Workers (UAW), anunció este viernes que la huelga que ha mantenido durante cuatro semanas en General Motors, Ford y Stellantis ha entrado en una nueva fase, más agresiva, debido a la falta de avances en las negociaciones laborales.

El presidente de UAW, Shawn Fain, en una transmisión en vivo a través de Facebook, advirtió a los tres principales fabricantes de automóviles de Estados Unidos que después de cuatro semanas de huelga, el sindicato "no está para bobadas".

Aunque en este momento no se planea una expansión de la huelga que involucra a unos 34,000 trabajadores de los tres fabricantes, Fain dejó en claro que UAW puede decidir paralizar más fábricas en cualquier momento.

Ford declaró el jueves que ya no puede ofrecer más concesiones económicas a sus trabajadores en Estados Unidos para poner fin a la huelga que inició el 15 de septiembre. Kumar Galhotra, presidente de Ford Blue, destacó que ya han presentado una oferta "sin precedentes" al sindicato.

Galhotra argumentó que si se van más allá en las concesiones, se pondría en riesgo la capacidad de inversión y crecimiento rentable de la empresa. Además, acusó al sindicato UAW de tener la intención de dañar a Ford desde hace meses y calificó de "grave acontecimiento" la extensión de la huelga a la planta de montaje de automóviles de Kentucky.

Esta planta representa el 16% de todos los ingresos globales de Ford y tiene un impacto significativo en la economía del país. Se estima que más de 100,000 puestos de trabajo y una contribución de 12,000 millones de dólares al Producto Interior Bruto (PIB) de EE.UU. dependen de la planta de Kentucky.

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