Un buque de guerra de la Armada de Estados Unidos, el USS Carney, frustró un potencial ataque el jueves al interceptar tres misiles disparados desde Yemen en dirección norte a lo largo del Mar Rojo. Funcionarios estadounidenses confirmaron que la nave de guerra desvió con éxito los proyectiles, evitando así un posible impacto en objetivos aún no especificados.

Aunque no se ha determinado con certeza el blanco de los misiles y drones, los funcionarios del Pentágono indicaron que estos fueron lanzados desde Yemen, lo que sugiere una posible ruta hacia Israel. El incidente se produce en un momento de crecientes tensiones en Oriente Próximo debido al conflicto entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

Se cree que los proyectiles eran del tipo R-11, también conocidos como SCUD, un misil balístico táctico de origen soviético desarrollado durante la Guerra Fría y ampliamente exportado a otros países.

Los rebeldes hutíes respaldados por Irán, que actualmente controlan la capital yemení, Saná, han expresado su apoyo a la causa palestina y han emitido amenazas hacia Israel. La semana pasada, las calles de Sanaa se llenaron de manifestantes portando banderas yemeníes y palestinas, mientras coreaban consignas anti-estadounidenses e anti-israelíes.

El líder de los rebeldes hutíes, Abdel-Malek al-Houthi, advirtió a Estados Unidos sobre la intervención en el conflicto entre Israel y Hamás, amenazando con represalias mediante el uso de drones y misiles.

A medida que el Ejército israelí se prepara para una posible invasión terrestre en la Franja de Gaza, la situación se vuelve cada vez más crítica, amenazando con desestabilizar no solo a Israel y los territorios palestinos, sino también a países vecinos como Egipto, Irak, Jordania y Líbano.