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El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, compareció este lunes ante el juez Arthur Engoron en el tribunal de justicia del sur de Manhattan, en un caso relacionado con el presunto fraude fiscal que involucra la inflación del valor de sus activos para beneficiar su imperio inmobiliario.

El mandatario de 77 años, que busca regresar a la Casa Blanca, se presentó desafiante y acusó a la fiscal general de Nueva York, Letitia James, y a "todos los demócratas" de llevar a cabo una persecución en su contra. "Todos son haters", expresó Trump.

El juez Engoron, por otro lado, expresó su frustración ante las respuestas extensas del exmandatario a preguntas que requerían respuestas directas de "sí" o "no". "Por favor, sólo responda las preguntas, nada de discursos", instó el juez, quien posteriormente pidió a la defensa de Trump que "controle a su cliente", y le recordó que el tribunal no era un lugar para realizar mítines políticos.

Trump ha calificado este caso como "la mayor caza de brujas de la historia del país" y ha criticado a Letitia James por estar "fuera de control". 

Hasta el momento, dos de sus hijos, Donald Jr. y Eric, han testificado en el caso, defendiendo que la preparación de los estados financieros de la empresa familiar estaba en manos de los contadores.

El juez Engoron deberá pronunciarse sobre si se cometieron otros delitos financieros y sobre las posibles multas. Los fiscales han solicitado hasta 250 millones de dólares en sanciones.

Aunque Trump enfrenta varias causas legales, su popularidad en las encuestas no ha disminuido. El juicio por fraude fiscal puede tener implicaciones significativas para su futuro político y su imagen como exitoso empresario, construida a partir de su libro "El arte del trato".

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