El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos emitió una fuerte declaración con respecto a los mortales bombardeos realizados por Israel en el campo de refugiados de Jabaliya, el más grande de la Franja de Gaza. La oficina expresó su preocupación de que estos ataques desproporcionados podrían constituir "crímenes de guerra", dada la alta cantidad de víctimas civiles y la amplia destrucción ocasionada.

Las tensiones entre la ONU e Israel se encuentran en su punto más álgido. El embajador de Israel en la ONU, Gilad Erdan, y su equipo adoptaron el símbolo de David, asociado con la persecución nazi, para respaldar su argumento de que la ONU no ha condenado el ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre en territorio israelí.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, condenó los ataques aéreos israelíes en el campo de refugiados de Jabaliya y expresó su horror por la escalada de violencia en Gaza, incluyendo la pérdida de vidas palestinas, entre ellas mujeres y niños, en áreas residenciales.

Guterres reiteró la necesidad imperativa de que todas las partes involucradas respeten el derecho internacional humanitario, que incluye los principios de diferenciación, proporcionalidad y precaución.

Philippe Lazzarini, director de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, ingresó a Gaza a través del paso fronterizo de Rafah, marcando la llegada del funcionario de mayor rango autorizado a entrar en la zona desde el inicio del conflicto.

El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, afirmó que Hamás se enfrenta a la opción de "morir o rendirse sin condiciones" en el conflicto actual en la Franja de Gaza. Gallant subrayó que no existe una tercera alternativa.

Estas tensiones entre la ONU e Israel reflejan la complejidad y urgencia de encontrar una solución a la crisis actual en la región, y resaltan la necesidad de un diálogo constructivo para abordar los desafíos planteados.​