La Ciudad de México se vistió de fiesta este domingo cuando más de 150 taqueros de canasta provenientes de Tlaxcala llegaron al Paseo de la Reforma, dispuestos a conquistar el paladar de los capitalinos y a hacer historia. Con sus bicicletas y canastas repletas de los tradicionales tacos de vapor, estos embajadores culinarios se enfrentaron a un reto ambicioso: romper el récord mundial de la mayor variedad de tacos de canasta.

Bajo el sol de la mañana, los taqueros desplegaron su arte culinario, ofreciendo una impresionante selección de más de 180 tipos de tacos diferentes. Desde los clásicos de frijol y chicharrón hasta las innovadoras combinaciones de papa con piña o longaniza, cada bocado era una explosión de sabores que cautivaba a los afortunados comensales.

Juan Carlos Piedras, uno de los taqueros participantes, no escatimó en elogios al describir la calidad de los tacos y la salsa que los acompañaba. "Están deliciosos, la salsa también está muy buena, con todo lo genial de Tlaxcala", afirmó, mientras se formaba de nuevo para probar más variedades.

Alfredo Arista, representante de Guinness World Records, confirmó que el récord se había roto con creces. "Tengo el placer de decirles que se intentó batir con más de 200 tipos de tacos, pero la cifra oficial para el día de hoy es de 186 tipos de tacos distintos", anunció, felicitando a la Secretaría de Turismo de Tlaxcala por este logro.

Josefina Rodríguez Zamora, secretaria de Turismo de Tlaxcala, destacó el arduo trabajo y la dedicación de más de 150 taqueros y taqueras que se movilizaron desde la madrugada para hacer realidad este sueño. "No es nada fácil tener hoy más de 180 guisos diferentes", señaló, evidenciando el esfuerzo detrás de este evento.

Para Nathalie Desplas Puel, de la Secretaría de Turismo de la CDMX, los tacos de canasta son más que un simple platillo; son un ícono de identidad culinaria que satisface el estómago y toca el corazón. "Ofrecen una solución rápida, sustanciosa y deliciosa que se adapta perfectamente al ritmo acelerado de la vida urbana", afirmó.

Los capitalinos que se dieron cita en el evento no solo disfrutaron de una experiencia gastronómica excepcional, sino que también se convirtieron en testigos de un momento histórico. Dailet y su hijo Iker, habitantes de la CDMX, compartieron su entusiasmo por los nuevos sabores que descubrieron, como el taco de papa con piña y jamón.

Este encuentro entre la tradición tlaxcalteca y la modernidad de la capital mexicana fue más que un simple concurso de tacos. Fue una celebración de la riqueza culinaria de México, una muestra de la capacidad de los taqueros de canasta para adaptarse y evolucionar sin perder su esencia. Y, sobre todo, fue una oportunidad para que los capitalinos se enamoraran aún más de este icónico platillo que ha conquistado el corazón de generaciones.