La empresa petrolera estatal más endeudada del mundo, Pemex, ha señalado la quema de gas y la combustión estacionaria como uno de sus principales desafíos en materia de sostenibilidad.

Para abordar este problema, la compañía ha establecido el objetivo de descarbonizarse para el año 2030, según lo estipulado en su Plan de Sostenibilidad.

Este plan incluye varias líneas de acción a implementar en el mediano plazo con el fin de avanzar hacia la descarbonización. Se estima que Pemex deberá destinar alrededor de 814 millones de

dólares anuales para alcanzar este objetivo, lo que representa aproximadamente el 6.1% del total del gasto en capital (Capex) de la empresa para el año 2023.

Una de las estrategias contempladas por la petrolera es reducir la quema de gas rutinaria en sus operaciones, así como comprometerse a desarrollar nuevos proyectos sin quema rutinaria. Se

planea invertir hasta 3 mil millones de dólares en la construcción de la infraestructura necesaria para aprovechar o disponer del gas, lo que implicaría un impacto financiero significativo para la

empresa.

Además de reducir la quema de gas, Pemex también tiene previsto detectar, cuantificar y eliminar las emisiones de metano, lo que requerirá una inversión adicional de hasta 200 millones de

dólares, así como costos operativos similares. Otra medida contemplada es la reducción de venteos de dióxido de carbono y metano mediante la captura y almacenamiento de estos gases, con

una inversión estimada de hasta 420 millones de dólares.

La eficiencia energética en la combustión y refinación petroquímica también se considera fundamental para la descarbonización. Se planea invertir alrededor de 400 millones de dólares en

mejorar la eficiencia de las plantas, lo que resultaría en la reducción de hasta 2 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente por año. Finalmente, se contempla la reducción rutinaria

de emisiones en las actividades de refinación mediante la sustitución o rehabilitación de equipos, con una inversión de hasta 50 millones de dólares y la mitigación de unas 5 millones de

toneladas de CO2 equivalente anuales.