La inflación en Estados Unidos sorprendió al mercado al llegar al 3.1% en enero, superando las expectativas del 2.9%, según datos del Gobierno publicados este 13 de febrero. Este aumento, especialmente en el Índice Básico de Precios al Consumidor, que excluye alimentos y energía, complica las posibilidades de una reducción inmediata de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.

El índice básico aumentó un 0.4% desde diciembre, la mayor diferencia en casi un año, y la inflación anual se mantuvo en un 3.9%, igual que el mes anterior. 

Los nuevos datos reducen las breves posibilidades de un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal, y cualquier aceleración adicional de la inflación podría fortalecer las un hipotético aumento de tasas.

Las acciones cayeron y los rendimientos de los bonos del Tesoro aumentaron después de la publicación, y las apuestas sobre un recorte de tasas se movieron de mayo a junio. Las cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales reflejaron aumentos en alimentos, seguros de automóviles y atención médica, con los costos de vivienda contribuyendo significativamente al aumento general. 

Las revisiones anuales de la Oficina de Estadísticas Laborales confirmaron que la inflación retrocedió tan rápido como se informó a fines de 2023. Sin embargo, las nuevas ponderaciones, que entrarán en vigor desde enero, podrían afectar las perspectivas para la inflación en 2024, ya que se enfocarán más en servicios que en bienes.

La anterior representó, según Gabriella Siller -directora de análisis económico en grupo BASE- un impacto negativo en el peso mexicano, que se deprecia un 0.58% el lunes 12 de febrero.

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