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En un anuncio que subraya los desafíos demográficos y económicos que enfrenta China, la Oficina Nacional de Estadísticas del país informó que la tasa de natalidad alcanzó un mínimo histórico en 2023, marcando el segundo año consecutivo de disminución poblacional. Con 6,39 nacimientos por cada 1.000 habitantes, la cifra es la más baja desde la fundación de la República Popular China en 1949.

Durante el año pasado, nacieron aproximadamente 9,02 millones de bebés, en comparación con los 9,56 millones de 2022. La población total se redujo en 2,08 millones, situándose en 1.409 millones de personas. Esta tendencia se acentúa con más de 6 nacimientos por cada 1.000 personas, frente a casi 8 muertes por cada 1.000 personas.

El economista jefe para China de Macquarie Group, Larry Hu, señaló que aunque factores como los cierres pandémicos afectaron el descenso del año pasado, se espera que los nuevos nacimientos repunten en 2024, aunque la tendencia estructural a la baja persiste. 

La disminución demográfica se suma a los problemas económicos que enfrenta China. En 2023, la economía creció un 5,2%, superando el 3% de 2022, pero quedando por debajo del objetivo gubernamental. Esto generó una caída en los índices bursátiles, con el Hang Seng de Hong Kong cayendo un 4,1%, y el CSI300 en Shanghái y Shenzhen descendiendo un 2,2%.

La "economía plateada", centrada en el cuidado de ancianos, se convierte en un enfoque crucial ante el rápido envejecimiento de la población y la disminución de la fuerza laboral.

El éxodo de inversores, la deflación y la crisis inmobiliaria han afectado significativamente al gigante rojo, que, hace no mucho, fue considerada la primera economía mundial. 

Aunque algunos indicadores económicos, como la producción industrial y la inversión en activos fijos, muestran signos positivos, los analistas advierten que se requieren más medidas de estímulo gubernamental para garantizar la recuperación económica en 2024.

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