​

Un potente terremoto de magnitud 7.5 sacudió la prefectura de Ishikawa, en la península de Noto, Japón, durante la víspera de Año Nuevo. Dejó, al menos, 55 personas fallecidas y provocó daños enormes. 

El sismo inicial, seguido por 155 réplicas, ha generado una carrera contra el tiempo por parte de los rescatistas para encontrar a sobrevivientes entre los escombros.

Las imágenes aéreas revelan edificios colapsados, casas destruidas y barcos pesqueros arrastrados a la costa. Entre los incidentes provocados por la catástrofe natural se contabiliza un incendio catastrófico en el puerto de Wajima, que provocó el colapso de un edificio de siete pisos. 

En un incidente relacionado, un avión del servicio de guardacostas, un Bombardier Dash-8, estaba programado para partir hacia Niigata con suministros para los afectados por el terremoto. Sin embargo, durante el despegue con seis personas a bordo, fue impactado por un Airbus A350 de Japan Airlines (JAL).

A pesar de que los 367 pasajeros y 12 tripulantes del Airbus A350 de JAL salieron ilesos antes de que el avión fuera consumido por las llamas, pero 5 de los 6 oficiales a bordo del avión del servicio de guardacostas perdieron la vida. 

El ministro de Defensa, Minoru Kihara, anunció la movilización de mil militares, y otros 8,500 listos para dirigirse a la zona afectada. Las autoridades cerraron autopistas y suspendieron los trenes de alta velocidad entre Tokio y la prefectura de Ishikawa.

A pesar de los estragos, el gobierno informó que no hay consecuencias en las centrales nucleares del país. Los daños se concentran en las viviendas antiguas, mayormente de madera. Aproximadamente 45,000 hogares se mantienen sin electricidad. Se han reportado seis casos de personas atrapadas en edificios colapsados.

En las ciudades afectadas, como Shika, los residentes enfrentan desafíos inmediatos para asegurar suministros básicos. Largas filas se forman frente a la alcaldía, donde cientos esperan recibir los seis litros de agua asignados a cada persona. La red de agua potable en Shika y otras áreas de la península de Noto sufrió daños importantes, agravando la crisis.​