La creciente presencia de productos chinos en el comercio formal del Estado de México ha generado un debate entre los empresarios locales sobre los desafíos y oportunidades que esto representa. Fernando Reyes, presidente de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo del Valle de Toluca (CANACO SERVYTUR), ha señalado que, si bien la variedad y calidad de estos productos ha aumentado, también ha impactado a algunas empresas, especialmente en la industria textil.

Reyes destacó que muchas tiendas que ofrecen marcas reconocidas con productos chinos a precios competitivos han logrado establecerse en centros comerciales y plazas, operando de manera formal y cumpliendo con sus obligaciones fiscales. "Esta situación ha cambiado el panorama para los productos locales, ya que ahora deben competir con una oferta diversa y asequible", explicó.

Sin embargo, el empresario no considera que esto constituya una competencia desleal, ya que las empresas chinas están actuando dentro del marco legal. "Las autoridades deben asegurarse de que todos los participantes en el mercado, tanto locales como extranjeros, cumplan con las regulaciones correspondientes", enfatizó Reyes.

Una de las principales preocupaciones expresadas por el presidente de CANACO es el crecimiento del comercio informal de productos chinos. "En el sector informal, estos productos se ofrecen a precios aún más bajos, ya que no pagan impuestos ni cumplen con las normas laborales", señaló. Reyes hizo un llamado a los diferentes niveles de gobierno para que tomen medidas para regular esta situación y proteger al comercio formal.

Desde la perspectiva de los consumidores, Reyes considera que la elección entre productos locales o chinos depende de factores como la calidad, el precio y la durabilidad. "No necesariamente lo más barato es de mala calidad, pero los consumidores deben evaluar qué les conviene más", aconsejó.

El aumento de productos chinos en el comercio formal del Estado de México ha generado un debate entre los empresarios locales sobre cómo adaptarse a esta nueva realidad. Mientras que algunos ven oportunidades en la diversificación de la oferta, otros se preocupan por el impacto en las empresas locales y la necesidad de regular el comercio informal. En cualquier caso, parece claro que esta tendencia seguirá evolucionando y requerirá que tanto empresarios como autoridades se adapten a los cambios. 

Con información de: La Jornada